DE VUELTA A LA RUTINA


¡¡Hola a tod@s!!

Después de mucho tiempo desconectada del blog, vuelvo con las pilas cargadas y con varias ideas para las próximas publicaciones. Hemos tenido una vida bastante ajetreada últimamente, sin apenas tiempo de pensar en otras cosas, y sin encontrar el momento de sentarme a escribir, ya os contaré todo más adelante…

Han sido unas vacaciones diferentes. Sólo pudimos salir fuera una semana porque el resto de días teníamos muchas cosas que hacer por aquí, pero hay que decir que ha estado bien aprovechada y sobretodo hemos descansado mucho que era nuestro objetivo. Descansar de aquella manera, porque con un niño ya se sabe, sobre todo ahora que con 16 meses no para ni un segundo y hay que ir detrás suyo todo el día, lo de relajarse a tomar el sol ya pasó a la historia…
Hemos disfrutado sin estrés, sin apenas mirar el reloj, aprovechando las siestas de Diego para dormir nosotros también y después quitarte las legañas con un chapuzón piscinero ¡que felicidad!
Paseítos de tarde-noche bien guapetones, que parece que después de una jornada de sol, ducharte y arreglarte siempre luce más que cualquier otro día, empalmando con cenas en algún restaurante y paseíto de vuelta al nido con helado en mano. Unos días muy rutinarios porque básicamente hemos hecho cada día lo mismo, pero una rutina que nos apetecía muy mucho y lo más importante, disfrutar de mi familia sin prisas.

Ahora ya estamos de vuelta, tanto Víctor como yo hemos empezado a trabajar y Diego de nuevo al cuidado de los abuelos. Pobrete, después de un mes pegado a los papis, ahora cada mañana llora al ver que salgo por la puerta, suerte que le dura 30 segundos, ese es mi consuelo.
Mentalizándome para “la vuelta al cole”, en mi caso el inicio de la guardería ya que se trata de su primer año, estoy a tope con los preparativos. Nerviosa por ello, pero a la vez tengo ganas de esta nueva etapa, seguramente lo contrario a muchas madres que tengan mucha pena por dejarles, pero yo conozco bien a mi hijo, y estoy prácticamente segura que lo va a sobrellevar muy bien, es un niño bastante “alma libre”, a la que hay cualquier cosa que llama su atención, se olvida de que tiene padres y desaparece rápidamente de nuestro lado. Lógicamente va a saber que algo está cambiando, tendrá que compartir los juguetes (algo a lo que no está acostumbrado), ya no tendrá a su abuelo que lo consienta todo el rato y que lo coja en brazos cada vez que proteste, pero así es la vida, etapas que hay que ir pasando, que le harán crecer, madurar, aprender, compartir, etc. Es un niño que no tiene problemas con la comida y reconozco que también esto me da más tranquilidad.
No me olvido de los dichosos constipados, bronquitis, boca-mano-pie, gastroenteritis y todos los demás virus que puedan existir y sé a ciencia cierta que no nos vamos a librar de ellos, porque además yo que soy muy solidaria, cada vez que mi hijo se pone malito yo también lo hago, más que nada para hacerle compañía…

Conforme pasan los meses, Diego necesita cada vez más interactuar, descubrir, estoy segura que la guardería será un lugar genial para ello, se lo pasará súper bien y los abuelos también podrán tomarse un respiro, además, con mi jornada reducida podré permitirme el lujo de llevarle y recogerle siempre, me siento afortunada por ello y él también lo agradecerá.

¡¡Hasta pronto!!



Comentarios